Imagínate la escena: una banda de indie-rock con un nombre un tanto… picante, y un organismo gubernamental canadiense con el ceño fruncido, preocupado por la integridad electoral. No, no es el guion de una comedia, es la rocambolesca historia que vivieron The New Pornographers.
Resulta que estos venerados músicos, conocidos por sus melodías pegadizas y su estilo inconfundible, tenían programado un concierto gratuito en un parque de Toronto. Hasta ahí, todo normal. El giro hilarante llegó cuando Elections Canada, el organismo encargado de velar por la pulcritud de las elecciones federales, puso el grito en el cielo. ¿El motivo? Su nombre, ni más ni menos.
La preocupación era que el término «Pornographers» en un espacio público durante la campaña electoral pudiera interpretarse como un respaldo o rechazo a algún partido político o candidato. ¡Sí, has leído bien! La idea de que el nombre de una banda pudiera violar la ley electoral canadiense es, cuanto menos, disparatada. En un gesto que calificaron de «útil», Elections Canada envió una carta a los organizadores del evento (Live Nation y el Ayuntamiento de Toronto) sugiriendo si la banda no querría, por las buenas, cambiar su nombre para la ocasión o, al menos, incluir una aclaración.
El líder de la banda, Carl Newman, no pudo sino tomarse la situación con una mezcla de perplejidad y risas. «Es realmente absurdo», declaró, «No estamos haciendo ninguna declaración. Somos solo una banda.» Con su característico humor, Newman incluso bromeó con posibles nombres alternativos si hubieran tenido que ceder: «The New Polyamorists» o «The New Pyromaniacs». Aunque, claro, la idea de cambiar su identidad musical por un trámite electoral le parecía de locos.
Por suerte, la cordura (y el sentido del humor) prevaleció. Elections Canada, tras un poco de revuelo mediático, clarificó que su intención no era prohibir el nombre de la banda, sino asegurar que la *Canada Elections Act* no se infringiera si se usaba en carteles cerca de colegios electorales o en un contexto político explícito. En resumen: la banda podía seguir siendo The New Pornographers, sin miedo a ser acusados de manipulación electoral por sus letras.
Para los que se pregunten de dónde viene un nombre tan… memorable, The New Pornographers eligieron su apelativo en 1997, inspirados en una cita del telepredicador Jimmy Swaggart, quien, con su habitual delicadeza, se refirió al rock and roll como «la nueva pornografía». Una elección que, veinte años después, sigue dando que hablar y arrancando alguna que otra carcajada a las autoridades.
Así que, al final, The New Pornographers tocaron su concierto, con su nombre intacto, demostrando que a veces, la realidad supera a la ficción, y que un poco de rock and roll (y un nombre provocador) puede generar un divertido vodevil burocrático.
