
¿Preparado para Halloween? Pues una mujer en Ohio ha decidido que su casa sea la estrella indiscutible del barrio, pero no precisamente por su calabaza gigante o sus telarañas de diseño. ¡No, qué va! Su idea ha sido recrear una casa en llamas con un realismo que roza lo insólito. Y claro, el resultado es tan espectacular como problemático para los servicios de emergencia locales.
La historia de las casas ‘en llamas’ como decoración de Halloween no es del todo nueva. El artista de Dallas, Steven Novak, ya se hizo famoso hace un par de años por una hazaña similar que dejaba boquiabierto a más de uno. Pero esta vez, en Ohio, la replicación ha alcanzado un nivel de detalle que está agotando la paciencia de los bomberos de la zona.
Imagina la escena: pasas por una calle y ves una casa envuelta en lo que parecen ser unas llamas furiosas. Maniquíes, como si fueran auténticos damnificados, cuelgan del tejado o miran despavoridos desde las ventanas. El humo emana de la propiedad y una luz rojiza y parpadeante inunda el ambiente, dando la sensación de una catástrofe en tiempo real. Pues bien, todo esto es obra de una ingeniosa combinación de luces LED estratégicamente colocadas, máquinas de humo que simulan a la perfección la humareda de un incendio real y un proyector que añade el toque final al espectáculo. Es tan, tan convincente, que los vecinos, con toda la buena intención del mundo (o quizás con un susto de muerte), no paran de llamar a los bomberos.
Y aquí viene el drama: el departamento de bomberos de la localidad está teniendo un auténtico quebradero de cabeza. Cada día, varias llamadas de emergencia alertan sobre un supuesto incendio en la misma dirección. Esto significa que tienen que desplegar un camión y a su equipo para comprobar que, efectivamente, no hay fuego real, sino la broma más elaborada y realista de Halloween. Se han convertido en los protagonistas involuntarios de esta gamberrada, que si bien arranca sonrisas a los paseantes (una vez que saben que es una decoración), les cuesta tiempo y recursos valiosos a ellos.
La propietaria, por supuesto, asegura que su intención era asustar y entretener, no agotar a los servicios de emergencia. Y lo ha logrado con creces. Si bien la creatividad es innegable, quizás haya que poner un límite al realismo cuando se trata de simular catástrofes. O, al menos, avisar a los bomberos con un megáfono antes de encender las luces. ¡Porque si no, este Halloween va a ser memorable para ellos, pero no precisamente por las chuches!
