
Cuando oyes ‘El Padrino’, es probable que te imagines a Marlon Brando susurrando ofertas que no se pueden rechazar. Pues bien, en el universo de los chips y los algoritmos, el Padrino es otro. Se llama Geoffrey Hinton, una de las mentes más brillantes detrás del ‘deep learning’ que trabaja para Google, y su ‘oferta’ a la industria tecnológica es igual de contundente: o le enseñamos valores y sentido común a las máquinas, o nos preparamos para el caos.
Hinton no está hablando de organizar un bautizo para tu robot de cocina. Su idea es mucho más práctica y, a la vez, más filosófica. Según él, para que la inteligencia artificial pase de ser un loro que repite datos a un verdadero copiloto inteligente, necesita algo fundamental que los humanos damos por sentado: el sentido común.
¿Cansado de preguntarle algo a tu asistente virtual y que te devuelva una lista de enlaces sin contexto? Hinton también. Él sueña con un futuro donde puedas tener una conversación real con una máquina, una que entienda el contexto y no solo las palabras clave. ‘Quieres poder conversar con ella, que tenga algo de sentido común, que tenga algunos valores’, afirma. Y ahí está el meollo del asunto, el verdadero desafío técnico.
El gran reto, según el Padrino, no es hacer que las máquinas sean más potentes, sino más ‘sensatas’. La parte difícil es conseguir que aprendan de la experiencia, como lo haría un niño, para que desarrollen un marco de valores que guíe sus decisiones. Sin esto, advierte, las IA nunca alcanzarán su máximo potencial y, quién sabe, quizás terminen interpretando nuestras órdenes de la peor manera posible.
Así que la próxima vez que tu asistente no entienda un chiste, recuerda las palabras del Padrino de la IA. No es que sea tonto, es que nadie se ha sentado a enseñarle lo que está bien, lo que está mal y, sobre todo, lo que es el sentido común. Una asignatura pendiente para toda la ‘familia’ tecnológica.
