
Hay gente que se agobia con una sola pareja, pero para Takashi Miyagawa, un japonés de 39 años, la monogamia era claramente un concepto de otro planeta. Este hombre no tenía una, ni dos, ni diez… ¡sino al menos 103 novias a la vez! Y no, no es el guion de una comedia romántica, sino un caso real que ha acabado en los tribunales.
Miyagawa, que trabajaba a tiempo parcial en una empresa de marketing, tenía un método bastante particular. Mientras vendía productos como cabezales de ducha de agua hidrogenada, se dedicaba a conocer a mujeres solteras. Una vez que captaba su interés, les dejaba caer que el matrimonio era una posibilidad muy real, creando un falso futuro en común.
Pero el verdadero ‘negocio’ venía con los cumpleaños. Con una agenda más compleja que la de un ministro, Miyagawa le decía a cada una de sus novias una fecha de nacimiento diferente. ¿El objetivo? Simple y llanamente: recibir un flujo constante de regalos durante todo el año. A una le decía que su gran día era el 22 de febrero, a otra en julio, a una tercera en abril… mientras que su cumpleaños real es, para que conste, el 13 de noviembre.
Claro, tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Las mujeres, al descubrir el pastel, decidieron que la venganza se sirve en plato frío y, en este caso, con una denuncia policial. Ni cortas ni perezosas, formaron una ‘asociación de víctimas’ y en febrero llevaron el caso a las autoridades.
De momento, se le acusa de haberlas estafado por un total de 100.000 yenes (unos 600 euros) en regalos, que incluyen desde dinero en efectivo hasta un traje a medida. Una cifra que podría aumentar, ya que la policía sospecha que la lista de damnificadas podría ser aún más larga. El maestro del engaño amoroso se enfrenta ahora a la justicia, demostrando que tener más de cien cumpleaños al año tiene sus consecuencias.
